Uno de los aspectos más importantes para garantizar la seguridad de nuestro vehículo es disponer de la correcta iluminación de sus faros.
Por esta razón, la pérdida de transparencia de los faros nos puede llevar a una pérdida de visibilidad y tener consecuencias negativas, no solo para nosotros, sino también para los conductores que circulen por la carretera, ya que los faros también sirven para alertarles de nuestra presencia.
Es decir, la iluminación de los faros sirve tanto para ver como para ser vistos.
Por otro lado, este motivo también puede ser uno de los que nos impidan pasar la próxima revisión de la ITV.
Debemos saber que, con el tiempo, los faros del coche se vuelven opacos, ya que la película protectora de policarbonato presenta un aspecto quemado, lo que le da a nuestro coche una apariencia de vehículo sucio y viejo.
Esto reduce su capacidad de deslumbramiento y, por lo tanto, aumenta la inseguridad de los ocupantes en condiciones climáticas desfavorables como la lluvia o la niebla. Por eso, es tan necesario restaurarlos mediante un buen pulido de faros para su total recuperación.
Causas del Deterioro de los Faros
Por lo general, la gran mayoría de los faros están hechos de policarbonato, un material mucho más fuerte y liviano que el vidrio. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, el policarbonato se descompone y empaña por causa de:
• La exposición a elementos externos como pueden ser los rayos del sol.
• El desgaste originado por el uso.
• Aquellas bombillas con una potencia demasiado fuerte que dañan el policarbonato en su interior.
Respecto al desgaste de los faros, se puede observar especialmente, una vez que la transparencia del vidrio se pierde y se vuelve de una tonalidad amarillenta, es decir, se da una significativa pérdida de la iluminación que se proyecta a través de ellos.
Inicialmente, hasta se podría considerar un problema sin importancia, pero a lo largo del tiempo, se trata de algo que podría causarnos serios problemas de visión a la hora de tener que conducir.
Reparación de los Faros del Coche: ¿Cómo Pulirlos?
En primer lugar, los faros deben limpiarse a fondo para eliminar la suciedad de la superficie y cubrir con una cinta el área de alrededor de los faros.
El siguiente paso, ya será cuestión de tener buena mano para la tarea de pulimento, ya que se trata de una compleja combinación de lijado de cristales, tanto por hacerlo con la humedad adecuada como por los productos químicos a utilizar.
Gracias al proceso de pulido, es posible eliminar arañazos, así como dejar los cristales nuevamente limpios y resplandecientes.
Sin embargo, al pasar la lija eliminaremos la capa protectora que se aplicó originalmente a los faros. Esto quiere decir que si no la aplicamos de nuevo, las luces volverán a nublarse tras haber pasado algunas semanas del proceso de pulido.
Por supuesto, es igualmente recomendable efectuar este tratamiento en las luces traseras de nuestro coche.
Pasos a Seguir para Pulir y Proteger los Faros
Elementos y Productos Necesarios
Por lo general, los elementos y productos que se suelen utilizar para pulir los faros de un coche son los siguientes:
– Cinta Adhesiva Protectora.
– Lijas de 400, 1.000 y 2.000.
– Taladradora con diferentes tipos de velocidades.
– Trapo o pa?o de algodón sin pelusa.
– Discos de lana para pulidora.
– Pulimento Líquido.
– Agua.
– Jabón.
Paso 1: Limpiar y Colocar la Cinta Adhesiva Protectora
Como decíamos al comienzo del artículo, lo primero que se debe hacer es limpiar la superficie de los faros para retirar los residuos y cualquier tipo de suciedad que puedan tener. Para ello, tendrás que utilizar el trapo o pa?o de algodón que hayas escogido, junto con el agua y el jabón.
A la hora de limpiar, céntrate en eliminar toda la suciedad que pueda estar adherida al cristal (polvo, tierra, barro, excrementos de animales, grasa, etc.).
Una vez que hayas realizado una limpieza profunda y exhaustiva de los faros, tendrás que rodearlos con la cinta adhesiva protectora, tal como su nombre indica, para proteger la carrocería de tu coche cuando vayas a lijar. Esta cinta también se conoce como cinta de carrocero o cinta de enmascarar.
Paso 2: Lijar
Cuando utilizamos una lija para el proceso de pulir los faros del coche, lo primero que debemos hacer es desgastar el plástico de policarbonato de los mismos para eliminar la superficie exterior que esté en malas condiciones y hace que la iluminación se vuelva opaca.
Para ello, usaremos diversas lijas de diferentes granos para obtener un mejor acabado final.
Cuando se utiliza una taladradora con diferentes velocidades, deberemos comenzar con la menor velocidad, así como usar la lija que sea menos abrasiva. Sin embargo, si se trata de un faro que esté muy dañado o deteriorado, será mejor comenzar con una lija de grano 400.
Es fundamental que durante el lijado, la superficie también se humedezca. Además, se deben evitar todo tipo de movimientos rápidos o repentinos, tal como la excesiva presión en un mismo punto, ya que podría causar daños irreversibles en el faro.
Para conseguir el mejor acabado, utilizaremos la lija con movimientos suaves y circulares, cubriendo toda la superficie del faro. Posteriormente, procederemos a la limpieza de la zona lijada. Ésta, deberá verse con el plástico totalmente blanco y sin áreas con reflejos brillantes, ya que en ese caso, tendríamos que repetir nuevamente el proceso.
Recuerda que la lija de grano 400 tan solo se debe utilizar en caso de que el faro presente un gran desgaste, ya que se trata de la más abrasiva. Ahora bien, si es este tu caso, la siguiente lija que deberás utilizar es la de grano 1.000 y continuar con la de 2.000 para conseguir que los faros queden totalmente transparentes.
Respecto al proceso con estas otras lijas, será el mismo que con la lija de 400, es decir, deberemos ir humedeciendo el faro mientras realizamos movimientos suaves y circulares por toda la superficie del mismo.
Paso 3: Pulir
A la hora de pulir los faros, es importante asegurarse de que ninguno de ellos tenga superficies brillantes o da?os notables en su textura. Además, todo el faro debe ser muy bien secado, especialmente en sus márgenes y esquinas, ya que se trata de un lugar donde se podría almacenar agua.
En este paso, utilizaremos el taladro o taladradora con disco de lana. Para pulir propiamente los faros, pondremos algo de producto sobre el disco, así como en la superficie del faro que vayamos a pulir. De este modo, extenderemos el producto por toda la zona.
En primer lugar, debemos comenzar a baja velocidad para, posteriormente, ir aumentando la misma poco a poco y gradualmente.
No olvides que los movimientos tienen que desplazarse de un lado al otro para que la superficie del faro quede perfectamente pulida en su totalidad. Acto seguido, podremos verificar como los faros de nuestro coche vuelven a tener esa tonalidad transparente de sus cristales. Por lo contrario, tendremos que repetir nuevamente el proceso hasta conseguir dicha transparencia.
Paso 4: Limpiar
Después de haber lijado y pulido correctamente los faros, procederemos a su limpieza para poder apreciar los resultados conseguidos, es decir, que no haya rastro de desperfectos y que posean una textura y apariencia lisa de su cara externa.
Para su limpieza, al igual que en el primer paso, deberemos usar un trapo o pa?o humedecido con agua y jabón. Al pasarlo por toda la superficie de los faros, conseguiremos eliminar cualquier tipo de residuo que hubiera podido quedar tras el proceso de lijado y/o pulido.
Paso 5: Sellar o Barnizar
Este suele ser el paso final en la mayoría de los casos. Es decir, se trata de algo opcional, pero totalmente recomendable para un perfecto acabado final.
Por lo general, los faros cuentan con un barniz que se elimina cuando éstos se lijan y pulen. Por eso, si optamos por aplicarles un sellado con barniz, obtendremos un resultado el cuál se mantendrá intacto durante más tiempo.
Para su aplicación, esparciremos una capa del producto y lo dejaremos secar durante un par de horas. Por lo tanto, el coche debe estar resguardado durante algún tiempo para asegurarnos de que el barniz se adhiera adecuadamente a los faros.
Indicaciones para Saber cuándo se Deben Pulir los Faros
Existen dos factores básicos para saber cuándo debemos pulir los faros de nuestro coche. Estos son:
– Poca Iluminación
Tal como ya hemos comentado anteriormente, una iluminación tenue de los faros, puede ser índice de mal estado. Por lo tanto, cuando notes que desprenden poca iluminación, revísalos.
– Pérdida de Transparencia
Como ya sabemos, cuando el cristal del faro se vuelve amarillento o blanquecino, es porque necesita urgentemente una buena limpieza a fondo. Otro aspecto a tener en cuenta en este caso es que si los tocamos, notaremos una textura áspera y desgastada de su superficie.
¿Cuáles son los Beneficios de Pulir los Faros del Coche?
Hoy en día, la mayoría de vehículos cuenta con la ventaja de que los faros están hechos de policarbonato en lugar de vidrio, lo que significa que son más duraderos. Sin embargo, su desventaja es que debido a su material plástico, pueden adquirir una tonalidad amarillo pálido con el paso de los años.
Dicho esto, algunas de los beneficios que obtendremos al pulir los faros de nuestro coche son:
– Eliminar los arañazos o rasguños.
– Restaurar la iluminación tenue y turbia.
– Conseguir que permanezca el valor de tu coche.
– Una mejora del rendimiento y funcionalidad de nuestro vehículo.
– Garantizar la visibilidad e iluminación adecuada para una conducción segura.
– Ofrece un mejor aspecto estético de vehículo cuidado.
– Su buen mantenimiento nos ayuda ahorrando un dinero sin tener que reemplazarlos.
En conclusión, hacer un pulido de faros cada cierto tiempo es lo más recomendable si los queremos mantener impecables y como si fueran nuevos. Por lo tanto, ahora que ya sabes más sobre ellos, tan solo es cuestión de prestarles más atención y repararlos cuando fuera preciso.